EL MANEJO DEL ESTRÉS EN LA ORGANIZACIÓN

El presente documento tiene la finalidad de vislumbrar la relación existente entre el   liderazgo y el estrés laboral en el ambiente laboral y su impacto en la competitividad de la organización.

Estrés y liderazgo

El estrés laboral es uno de los principales problemas de salud de los trabajadores, lo cual repercute en el funcionamiento de las empresas.

El término estrés se utiliza en una triple acepción como: 1) estimulo que produce alteraciones temporales y permanentes, 2) respuesta psicosomática a determinados estímulos (estresores), 3) interacción del individuo con su entorno (Peiró, 1999). Desde el ámbito laboral se define como la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades, y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación, y se agrava cuando el empleado no siente el apoyo suficiente de sus jefes y colegas, y cuando tiene un control limitado sobre su trabajo. (OMS, 2004)

Aunque el manejo del estrés es una cuestión personal, también es necesario contar con apoyos extras, sobre todo cuando el factor desencadenante se encuentra en el trabajo. Aquí, es donde la instancia (empresa, organización, corporativo, etc.) debe poner en marcha estrategias y recursos que permitan a sus empleados estar en óptimas condiciones laborales, por ejemplo: la distribución/delegación de tareas acorde a las capacidades del empleado, mantener canales de comunicación abiertos, puestos bien remunerados, funciones bien delimitadas, motivar y resaltar los logros obtenidos, fomentar el sentido de identidad, organizar y priorizar las actividades a desarrollar, procurar respetar las jornadas laborales y evitar llevar trabajo a casa; también puede gestionar espacios de relajación a través de ejercicios o actividades que contribuyan a reducir la ansiedad de los empleados.

Un factor más a considerar para evitar situaciones estresantes puede encontrarse en el estilo de liderazgo, ya que la manera de dirigir o guiar a los empleados a la consecución de las metas de la organización influirá en su rendimiento y en la manera en que estos afronten la tarea. Por ejemplo, el nivel de estrés que pueda generar un líder coercitivo, será mayor al que genere un líder democrático.

Es importante que las empresas estén conscientes de que el estrés laboral tendrá un impacto negativo en la productividad de los empleados, por ello, es importante detectar cuales son los principales factores, situaciones o condiciones que pueden propiciar este fenómeno en los empleados, y poner en práctica las acciones pertinentes para tener empleados sanos, satisfechos y productivos. De no atenderse el problema de estrés laboral la empresa/instancia corre el riesgo de tener grandes pérdidas, no solo de capital, sino de empleados que bajo otras circunstancias pueden ser altamente efectivos.

A partir de lo anterior puedo señalar que cualquier organización además de centrarse en su éxito, ha de tener presente que los empleados son más que eso, son personas que representan un “engrane más de su motor” y para que puedan “funcionar” correctamente, necesitan estar en óptimas condiciones. Para ello, la empresa debe prestar atención a lo que sucede en su interior, parte de ello es el clima laboral, las relaciones interpersonales, el desempeño de sus empleados, las condiciones de trabajo (horarios, cargas de trabajo, condiciones de trabajo, etc.) y las condiciones en físicas, sociales y psicológicas de sus empleados; si alguno de estos elementos esta deteriorado, afectara al resto, mermando con ello la productividad de la organización y propiciando que las metas puedan no cumplirse.

El bienestar bio-psico-social del empleado no es un privilegio, sino un derecho que debe ser respetado y favorecido por las instituciones; pero también es deber del individuo velar por su bienestar; para ello es necesario que todo trabajador, empleado, asociado o como se le designe en su empresa, se reconozca a si mismo y preste atención a las señales que recibe de su cuerpo, que logre identificar aquellas situaciones que le producen emociones negativas y lo colocan en estrés para que así pueda determinar cual es el recurso más eficiente para combatirlo.

Los estilos de liderazgo carismático y transformacional son elementos que pueden contribuir a establecer mejores condiciones laborales para los empleados, en el sentido de la motivación y empuje que los líderes puedan dar. Desde el liderazgo transformacional el cual implica un proceso de cambio en las actitudes y comportamientos de los miembros para crear compromisos a través de compartir el poder, y  que conlleva a la generación de agentes de cambio; se puede otorgar a los empleados ese poder de acción y hasta decisión, brindándoles mayores pautas de actuación y asumiendo las responsabilidad de sus acciones. Desde el estilo carismático, donde los seguidores percibe al líder como un regalo o don de inspiración la convicción y las relaciones que pueda establecer el líder con los empleados contribuirán a abrir canales de comunicación y establecer mejores relaciones.

En ambos casos se puede  favorecer el desempeño de los empleados y la posibilidad de reducir los niveles de estrés al estimular la creatividad, propiciar retos, favorecer habilidades sociales y todo ello encaminado al objetivo organizacional.

Referencias

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